Comunicado COVIB-19
emitido por el ALA. Asociación Latinoamérica de Archivos
“Convirtiendo la
amenaza del COVID-19 en una oportunidad para un mayor apoyo al patrimonio
documental”
Emitida por la UNESCO y apoyada por
la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas
(IFLA), el Consejo Internacional de Archivos (ICA), el Centro Internacional de
Estudios de Conservación y Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM), el
Consejo Internacional de Museos (ICOM) y el Consejo de Coordinación de las
Asociaciones de Archivos Audiovisuales (CCAAA).
La pandemia del COVID-19 ya ha sido
declarada por muchos países como la emergencia sanitaria más grave de la
historia moderna. La forma en que el mundo está respondiendo a esta crisis
mundial sin precedentes será parte de los libros de historia. Las instituciones
de la memoria, incluidos los archivos nacionales, las bibliotecas y los museos,
así como los organismos educativos y de investigación, ya están registrando las
decisiones y medidas que se están adoptando y que ayudarán a las generaciones
futuras a comprender el alcance de la pandemia y su impacto en las sociedades.
En este contexto y en medio de esta
crisis sanitaria mundial, el patrimonio documental es un recurso importante
para ofrecer una perspectiva histórica sobre la forma en que los gobiernos, sus
ciudadanos y la comunidad internacional han abordado las pandemias en el
pasado.
Varios países ya han emitido órdenes para
la preservación meticulosa de los registros oficiales relacionados con la
pandemia. Esto no sólo pone de relieve la gravedad de la situación actual, sino
que también pone de relieve la importancia de las instituciones de la memoria
para proporcionar los registros o los recursos de gestión de la información
necesarios para comprender, contextualizar y superar esas crisis en el futuro.
Al mismo tiempo, los registros de las expresiones artísticas y creativas de la
humanidad, que constituyen una parte vital de nuestro patrimonio documental,
son una fuente de conectividad social y de resistencia para las comunidades de
todo el mundo.
La UNESCO, a través del Programa
Memoria del Mundo, está dispuesta a apoyar a todos los Estados Miembros que
deseen preservar los registros oficiales relacionados con el COVID-19 en el
marco de la Recomendación de la UNESCO de 2015 relativa a la conservación del
patrimonio documental y el acceso al mismo, incluso en forma digital.
Hay cuatro ámbitos fundamentales que
exigen una responsabilidad compartida entre los Estados Miembros, las
instituciones de la memoria y los ciudadanos para responder al COVID-19 y
prepararse para responder a futuras pandemias. Éstas se basan, entre otras
cosas, en los valores educativos, sociales, científicos y artísticos
compartidos del patrimonio documental.
En primer lugar, es necesario ampliar
la cooperación nacional e internacional en la preservación y accesibilidad del
patrimonio documental. Esto se hace a través de la red de comités nacionales y
regionales del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO. Con este fin, la UNESCO
también está impulsando la solidaridad internacional entre sus asociados, entre
ellos la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y
Bibliotecas (IFLA), el Consejo Internacional de Archivos (ICA), el Centro
Internacional de Estudios de Conservación y Restauración de los Bienes
Culturales (ICCROM), el Consejo Internacional de Museos (ICOM) y el Consejo de
Coordinación de las Asociaciones de Archivos Audiovisuales (CCAAA), entre
otros.
En segundo lugar, los Estados
Miembros deben aumentar la inversión en la preservación y la accesibilidad del
patrimonio documental como cuestión de reducción y gestión de los riesgos de
desastre. La mayoría de las instituciones de la memoria dependen del apoyo
público y las órdenes de "refugio en el lugar" han tenido
inevitablemente efectos devastadores en sus corrientes de ingresos. Por lo
tanto, en el futuro, la inversión del Estado - junto con la del sector privado
- será vital para su funcionamiento eficaz y su supervivencia final. Es
encomiable que las instituciones de la memoria hayan demostrado una enorme
capacidad de recuperación al continuar, en medio de esta crisis sanitaria
mundial, sirviendo al público mediante exposiciones gratuitas en línea,
poniendo a su disposición copias digitalizadas de manuscritos antiguos y
colaborando eficazmente con los ciudadanos en los medios de comunicación
social. También deben disponer de los recursos y los derechos necesarios para
reunir materiales -tanto de los registros oficiales como de la sociedad en
general, en línea y fuera de línea- a fin de garantizar una documentación lo
más completa posible de la crisis.
En tercer lugar, es importante, ahora
más que nunca, que las instituciones de la memoria sean aún más accesibles para
los investigadores, los encargados de formular políticas, los profesionales de
los medios de comunicación, los científicos y la comunidad en general. La
comprensión de la forma en que los dirigentes han reaccionado ante las
emergencias sanitarias en el pasado puede servir de base para las decisiones de
los encargados de formular políticas en la actualidad. Los científicos también
pueden utilizar los registros de brotes pasados para mejorar sus métodos e
identificar el mejor curso de acción para contrarrestar la propagación de
nuevas enfermedades. En términos más generales, las fuentes primarias permiten
comprender los aspectos socioeconómicos, políticos y culturales de cualquier
pandemia, lo que pone en perspectiva las percepciones actuales sobre el
COVID-19. Además, mediante el acceso remoto a la memoria, las instituciones y
otros depósitos podrían ayudar a las comunidades a conectarse entre sí y
prestar ayuda psicosocial mediante registros de culturas, idiomas y expresiones
creativas compartidas.
Además, los archivos de los medios
audiovisuales y de servicio público están trabajando arduamente en la
documentación de la pandemia, en particular la forma en que los cierres afectan
a casi todas las personas, la forma en que los gobiernos están haciendo frente
a esta crisis sanitaria y económica, la forma en que los medios de comunicación
están reaccionando ante ella, así como la forma en que están surgiendo nuevas
expresiones de solidaridad que contribuyen a acelerar el ritmo de la
digitalización, ya que una gran proporción de la fuerza de trabajo y de los
jóvenes en el ámbito de la educación tienen que recurrir al trabajo y la
escolarización a distancia.
Además, la conservación y el acceso a
esos materiales de primera necesidad pueden permitir la sensibilización y la
participación del público en los procedimientos de salud pública, sobre la base
de las enseñanzas históricas aprendidas.
Por último, se alienta a las
personas, los encargados de formular políticas y la comunidad científica a que
aprecien el valor de utilidad de las instituciones de memoria como poseedoras
de la memoria del mundo en todas sus manifestaciones, incluidas las pandemias y
la respuesta del mundo a ellas. Los archivos, las bibliotecas y los museos
siempre han sido los custodios de una información fiable y de calidad. Con el
aumento de la desinformación en torno a la pandemia del COVID-19, las
instituciones de la memoria pueden reunir, catalogar y difundir información
científica basada en hechos y proporcionar perspectivas críticas y
comparativas. En última instancia, gracias a sus esfuerzos por conservar la
documentación sobre las respuestas predominantes al COVID-19, son ellas las que
darán forma a la representación de esta pandemia para las generaciones futuras.
Este llamamiento a la responsabilidad
compartida se manifiesta claramente en los registros del Programa de
Erradicación de la Viruela de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
inscritos en el Registro Internacional "Memoria del Mundo" de la
UNESCO en 2017. En 1966, la OMS puso en marcha un programa mundial para
erradicar la viruela, una enfermedad que había afligido a la humanidad durante
milenios. En 1980, la Asamblea Mundial de la Salud de la OMS confirmó la
erradicación de la viruela. Los registros del Programa de Erradicación de la
Viruela proporcionan un registro documental de las decisiones y medidas
adoptadas para la erradicación de la enfermedad y orientan cualquier esfuerzo
similar para la supresión de las enfermedades actuales.
Por consiguiente, es esencial que
garanticemos la existencia de un registro completo de la pandemia del COVID-19,
de modo que podamos prevenir otro brote de esta naturaleza o gestionar mejor el
impacto de esos acontecimientos mundiales en la sociedad en el futuro.
Firmado conjuntamente: Moez
Chakchouk, Subdirector General para la Comunicación e Información de la UNESCO.
Gerald Leitner, Secretario General de la IFLA. David Fricker, Presidente, ICA.
Peter Keller, Director General, ICOM. Webber Ndoro, Director General, ICCROM.
Toby Seay, Presidente, CCAAA. Papa Momar Diop, Vicepresidente, ARCMOW (Comité
Regional de la Memoria del Mundo para África). Kwibae Kim, Presidente, MOWCAP
(Comité Regional de la Memoria del Mundo para Asia y el Pacífico). Sandra
Moresco, Presidenta, MOWLAC (Comité Regional de Memoria del Mundo para América
Latina y el Caribe).
Firmado por el
Comité Directivo de la ALA y los directores de los Archivos Nacionales de
Iberoamérica
Emma de Ramón, presidenta de la
ALA y directora del Archivo Nacional de Chile
Alexander Barquero, vicepresidente de
la ALA y director del Archivo Nacional de Costa Rica
Severiano Hernández, vocal de la ALA y
subdirector de los Archivos Estatales de España
Neide De Sordi, vocal de la ALA y
directora del Arquivo Nacional de Brasil
Enrique Serrano, vocal de la
ALA y director del Archivo General de la Nación de Colombia
Argentina
Archivo General de la Nación
Marcos Schiavi
Bolivia
Archivo y Biblioteca Nacionales de
Bolivia
Máximo Pacheco Balanza
Cuba
Dirección de Gestión Documental y
Archivos
Martha Ferriol
Ecuador
Archivo Nacional Histórico
Gloria Añazco Defaz
México
Archivo General de la Nación
Carlos Enrique Ruiz Abreu
Panamá
Archivo Nacional
Gustavo Cerrud
Paraguay
Archivo Nacional de Asunción
Vicente Arrúa Ávalos
Perú
Archivo General de la Nación
Olinda Graciela Rengifo García
Portugal
Archivo Nacional de la Torre de Tombo
Silvestre de Almeida Lacerda
Puerto Rico
Archivo General de Puerto Rico
Héctor A. Dávila Gómez
República Dominicana
Archivo General de la Nación
Roberto Cassá Bernaldo De Quirós
Uruguay
Archivo General De la Nación
Alberto Umpiérrez
Fuente: http://agn.gob.pe/portal/noticia/1587063242-la-asociacion-latinoamericana-de-archivos-ala-adopta-la-declaracion-convirtiendo-la-amenaza-del-covid-19-en-una-oportunidad-para-un-mayor-apoyo-al-patrimonio-documental
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