Estos edificios de piedra son
parte de Chankillo (o el Templo de las 13 torres), considerado el observatorio
solar más antiguo de América, según el arqueólogo Iván Ghezzi, director del
Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú y director del
Proyecto Chankillo.
El complejo, ubicado en Casma,
Áncash, a unos 365 kilómetros al norte de Lima, en la costa peruana, servía
para señalar con gran exactitud los solsticios, equinoccios y una serie de
fechas a lo largo del año, a partir de la posición del Sol.
Además de las 13 torres, el sitio
cuenta con un templo y una plaza, construidos en piedra y dedicados al culto al
Sol.
Chankillo todavía permite
identificar la posición de nuestro astro y el Fondo Mundial de los Monumentos
(WMF, por sus siglas inglés) empezará a restaurarlo en unas semanas.
"Es un ejemplo magistral del
uso del paisaje para medir el tiempo", según la Delegación Permanente de
Perú en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (Unesco).
¿Cómo funciona este antiguo
calendario que permite saber la fecha hasta hoy?
Precisión de dos a tres días
Los arqueólogos calculan que el
lugar estuvo habitado entre el 500 y el 200 a.C. (hace unos 2.200 años).
Las 13 torres, que miden entre
dos y seis metros de altura, se alinean de norte a sur a lo largo de la cresta
de una colina.
El 21 de diciembre, cuando en el
hemisferio sur es el solsticio de verano, el Sol sale por la derecha de la
primera torre del extremo derecho.
A medida que avanza el año, se va
moviendo entre las torres hacia la izquierda. Se puede saber en qué fecha estamos
al ver qué torre que coincide con la trayectoria del Sol al amanecer.
El 21 de junio, o el solsticio de
invierno en el sur, el Sol sale por la izquierda de la última torre del extremo
izquierdo.
Luego, el Sol se va moviendo
hacia la derecha, para volver otra vez en diciembre a salir por la torre del
extremo derecho.
"Los habitantes de Chankillo
habrían podido determinar la fecha con una precisión de dos a tres días",
dice el WMF.
Los astrónomos de las 13 torres
tenían al menos dos puntos de observación, uno para el amanecer y otro para la
puesta de sol, pero el arqueólogo Iván Ghezzi sospecha que puede haber más.
El conocimiento del calendario
pudo haberse aplicado en la agricultura, pero se piensa que el propósito fundamental
fue la "organización de un calendario ceremonial", como le dice
Ghezzi a BBC Mundo.
Chankillo se encuentra a unos
seis kilómetros del océano Pacífico, pero entre ambos se elevan las Lomas de
Mongón.
"Estos cerros son una
barrera natural a la neblina, lo que explica en parte la visibilidad
excepcional del observatorio", explica el arqueólogo.
Por estos méritos, Chankillo fue
inscrito en una lista preliminar de lugares propuestos para Patrimonio Mundial
de la Humanidad de la Unesco en 2013.
"Representa una obra maestra
del genio creativo humano", según el documento que sustenta esta
postulación.
¿Quién construyó Chankillo?
Chankillo fue edificado por una
civilización "lo suficientemente organizada para construir este gran
monumento en un periodo relativamente corto, quizá sólo 25 años", dice
Ghezzi.
Pero todavía no se sabe qué
civilización fue.
"Pertenece a una cultura aún
desconocida de aproximadamente el año 200 a. C., que no está relacionada con
las culturas (preincaicas) ya conocidas para esa época", explica Ghezzi.
Para identificar o darle un
nombre, Ghezzi cree que todavía "hace falta saber mucho más sobre su modo
de vida, religión, idioma, etc.".
"Por ahora tenemos sólo
información sobre un culto al Sol", comenta.
Para el WMF, "Chankillo
sugiere que el culto al Sol existía en los Andes unos dos milenios antes que el
conocido culto solar (dios Inti) del Imperio Inca".
Si bien no se sabe qué cultura
fue, sí se sabe cómo terminó.
"El sitio fue atacado por
cultos rivales al de Chankillo, su templo principal fue destruido y enterrado,
y todo el lugar fue abandonado abruptamente", cuenta Ghezzi.
¿Cómo sabemos que de verdad fue
un observatorio solar?
Las torres de Chankillo no tienen
ningún otro propósito aparente que el de señalar las posiciones del Sol.
"Por lo tanto, no estamos
atribuyendo fines astronómicos de entre innumerables posibilidades, sino viendo
indicaciones directas de los cuatro puntos solares y de algunos días del
año", escribieron Ghezzi y Clive Ruggles, profesor emérito de
Arqueoastronomía de la Universidad de Leicester, Reino Unido, en un artículo
para la revista Science en 2007.
"A diferencia de otros
"observatorios" del mundo, que marcan inequívocamente sólo una o dos
fechas, las observaciones en Chankillo cubren todo el ciclo anual del
Sol", dice la sustentación para que estas ruinas se conviertan en
Patrimonio de la Humanidad.
Como añade el documento, "el
observatorio astronómico de Chankillo es único y excepcional, no sólo en el
Perú o en las Américas, sino en todo el mundo".
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