Mucho se ha escrito del concepto de la transformación digital, como
axioma del cambio disruptivo que está provocando en la sociedad y más
concretamente en las empresas y administraciones públicas.
La transformación digital, especialmente
en corporaciones, si me permitís el término, clásicas, que
tradicionalmente tenían pocos cambios estructurales y de modelo de
negocio, está provocando tensiones en las estructuras de las empresas, especialmente en mandos intermedios.
Es en este segmento de mandos intermedios donde la digitalización de
las empresas tiene mayor penetración y necesidad de adaptación. Los
mandos intermedios son el nexo de unión entre las decisiones de la
dirección de la empresa y los empleados de departamentos productivos,
donde la digitalización incide en sus diferentes vertientes: cambios de
modelos productivos, cambios de skills de trabajadores, nuevos modelos
de negocios…
Además este segmento de profesionales es básico para la consecución
de los objetivos de digitalización establecidos por la Dirección
General. Si una empresa emprende el camino de la Transformación Digital
sin contar con los mandos intermedios, se verá abocada al fracaso
absoluto.
Por el contrario, si la Dirección General identifica que estos mandos
intermedios pueden ser un obstáculo insalvable para la consecución de
la digitalización de la empresa tendrá que tomar una decisión respecto
si hacer un ajuste drástico en este tipo de perfil, o bien concentrar la
digitalización en nuevos modelos de negocio ubicados o bien en
departamentos diferenciados, o mejor aún en una nueva empresa, que nazca
digital, y que permita el desarrollo de nuevos modelos de negocio o que
recoja los servicios y/o productos digitalizados en la organización.
Aquellas empresas que hayan comenzado su digitalización, deben tener presente algo importante: su empresa estará siempre en constante cambio, nunca más su empresa tendrá una organización estable a lo largo de varios años.
Este aspecto, el cambio constante, es importante en las acciones de
concienciación y formación de empleados. El cambio debe ser natural, no
debe sorprender y debe generar pocas tensiones internas en la empresa.
De nuevo este aspecto incide de forma importante en los mandos intermedios de las organizaciones, ya que la digitalización genera estructuras de gestión más planas, más sencillas y, además, muy flexibles para adecuarse a cada cambio digital que tanto la empresa, su competencia y/o su sector tenga que asumir.
Dado que el cambio es un factor habitual en la sociedad digital en la
que estamos sumergidos, las corporaciones deben constantemente de
impulsarlo periódicamente, sin demorar su aplicación, dejando atrás
conceptos obsoletos de “promoción, despromoción del personal” si no
simplemente cambios de funciones y responsabilidades que no están
asociadas a las capacidades ni experiencia de los profesionales sino a
la necesidad de adaptación ágil de la empresa a un nuevo contexto.
La transformación digital es más una actitud que un tema tecnológico,
y por ello las organizaciones deben prestar la atención en las
personas, sus resistencias internas al cambio, sus miedos y capacidades…
y de la tecnología no se preocupen, para eso estamos en IECISA.
Fuente: https://www.iecisa.com/es/blog/Post/La-transformacion-digital-transformacion-de-las-personas/
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