jueves, 6 de abril de 2017

Los Museos espacios de cultura, espacios de aprendizaje


El artículo trata de la evolución de los museos  como espacios de cultura y de aprendizaje  en la enseñanza reglada a lo largo de las dos últimas décadas. Espacios de cultura donde muchas veces se ha realizado una verdadera revolución didáctica  mucho más potente que la llevada a cabo dentro de las aulas. Las argumentaciones se basan en la experiencia de diez  años de asesoramiento  didáctico   realizado en un museo- Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya- y se basan en las fortalezas y las debilidades de los museos  como contenedores de conocimiento  en el momento actual. También se argumenta la necesidad  de establecer contactos más estrechos entre los centros de enseñanza y los museos para aunar esfuerzos  en el logro de los objetivos comunes. Para ello se propone la figura de un mediador en patrimonio que  facilite la comunicación entre ambas instituciones.

Las visitas a museos  ocupan gran parte de las actividades  programadas por los centros de enseñanza  cuando tienen que salir del aula.  Al inicio del  curso escolar  la información que llega a dichos centros  de  museos  y otros espacios patrimoniales, tanto culturales como naturales,  ofreciendo sus servicios es enorme. Quizás tendríamos que preguntarnos si la relación escuela/museo  ha variado a lo  largo de las últimas décadas y  cual es la situación actual.

Desde la óptica  de los museos, mi experiencia como asesora didáctica del  conjunto de museos  que forman el Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya,  puedo opinar que  en los últimos  quince años  las relaciones   escuela/ museo han sufrido un cambio  positivo.  La implantación de la tan denostada reforma educativa  en la década de 1980, aunque significó una minoración  de las ciencias sociales, principalmente de la historia, significó  un cambio positivo  en cuanto  a la revalorización  de la metodología y del dominio del método por parte de los alumnos.[1]  Esta nueva situación ha permitido a los museos, espacios de cultura y conocimiento,  tener un papel importante en  la educación formal.
  
Las fortalezas de los museos: Los museos como contenedores de conocimiento y como recurso didáctico

Los museos, en un momento de cambio también en su estructura donde   dentro de los vértices del  triángulo conservación- investigación - difusión, este último  vértice empezó a tener la misma categoría  que  los dos restantes,  empezaron a diseñar estrategias para la captación de los diferentes tipos de público, entre ellos el escolar. En un gran número de museos y de espacios patrimoniales se ha visto la necesidad de  conocer las necesidades  de este segmento de público para poder desarrollar estrategias que  atraigan a los futuros visitantes. Así se han revalorizado los servicios educativos, pedagógicos, didácticos...  conque cuentan numerosos museos Los que han tenido más éxito son, indudablemente, los que han tenido más claro cual es su función dentro de la enseñanza formal y han aplicado  correctamente el término didáctico  en sus productos, sin utilizarlo exclusivamente como un término de marketing para vender más.

Siempre los museos  han tenido claro  su papel cultural como  depositarios de conocimiento, pero frecuentemente estos conocimientos  se han dirigido a un público erudito, nada despreciable. Pero en el momento en que los museos  se comprometen a ser espacios  de instrucción, educación  y divulgación orientados a público diverso, entre ellos al escolar,  se han visto obligados  no solamente a presentar su patrimonio sino a hacerlo comprensible. Esto ha implicado saber transferir todo un conjunto de conocimientos científicos de manera que  facilite  llenar el saco del bagaje cultural del que todo  ciudadano  debería disfrutar.

Esta preocupación por llegar a un público no erudito ha sido quizás más intensa en los museos de ciencia y tecnología. Las supuestas dificultades de comprensión del mundo tecnológico-científico ha motivado que, desde un principio, las temáticas tratadas en sus muestras o exposiciones hayan intentado acercar  el saber "sabio"  a la divulgación.

En el campo de las humanidades- geografía, arte, historia, antropología,... - parece mucho más fácil acomodar estos conocimientos  a la divulgación. Pero esta no es la realidad. Se parte muchas veces de principios generales que  no encajan  en el marco concreto estudiado y fácilmente  en lugar de divulgar se vulgariza. Es fácil  opinar, dar juicios de valor, etc. sobre hechos históricos, sociales sin documentarse, sin seguir un método científico, sin una intervención didáctica. Nadie se atreve a discutir el método de un biólogo o de un químico, todo el mundo se atreve  a hacer de historiador, de geógrafo, de analista social.  Es preciso tener mucho cuidado en la presentación y divulgación  en el campo de las humanidades.[2]

Por otro lado, la aparición de las áreas de conocimiento  implica  la necesidad de introducir la interdisciplinaridad y la multidisciplinaridad entre los saberes disciplinares. Los museos  son espacios privilegiados para tratar las diferentes temáticas desde esta óptica global que facilita  el proceso de enseñanza- aprendizaje.[3] Este sistema de trabajo implica  la necesidad de trabajar en equipo dentro del museo y fuera del museo.


Las debilidades de los museos: la necesidad de adecuarse a una sociedad cambiante

A pesar de haber avanzado enormemente, estamos muy lejos de tener unos servicios educativos en los museos que funcionen siguiendo una filosofía y unos objetivos instructivos y educativos concretos. Frecuentemente los servicios educativos  se ciñen a la concertación de visitas de diferentes tipos y a la elaboración de algún tipo de material didáctico. Los servicios educativos o didácticos siguen siendo los parientes pobres  del museo, con bajo presupuesto y  donde muchas veces se hace un trabajo didáctico o de divulgación para hacer comprensible una exposición. También es frecuente "externalizar" el servicio, es decir, encargar  a empresas  externas la gestión de este servicio con un control más o menos directo sobre las finalidades y los objetivos. Esta externalización de servicios no es incorrecta siempre y cuando la institución tenga claro sus objetivos y haga un seguimiento de los mismos para ver su cumplimiento.

Es necesario una evaluación de resultados a partir de un estudio de público- tanto a nivel de profesorado como alumnado- que permita conocer si los objetivos del proceso  de enseñanza-aprendizaje se cumplen y, en caso negativo, incidir en los cambios pertinentes.

Es necesario, también, un conocimiento profundo de los cambios en los programas escolares reglados para poder adaptar la oferta a las necesidades de la escuela reglada. Pero esta adaptación no puede circunscribirse exclusivamente a lo que decrete el ministerio correspondiente. Tiene que  ir más allá y analizar la sociedad actual y tener una visión de futuro. Conceptos como globalización, local-global, interculturalidad, multiculturalidad tienen que dejar de pertenecer al mundo erudito o de la prensa y penetrar en las propuestas que ofrezcan los museos como espacio de cultura para una mayor comprensión del mundo actual. Pensemos dentro de cinco o diez años en los perfiles los futuros alumnos de primaria y de secundaria que frecuentarán los museos y los espacios culturales. ¿Cómo integramos a hijos de inmigrantes a una cultura común sin dañar su cultura de procedencia? ¿Qué elementos pueden ser utilizados para mostrar más las afinidades entre culturas que las diferencias? Estas son algunas de las cuestiones que los espacios de cultura, como los museos,  también deben empezar a preguntarse para ayudar a la creación de una sociedad madura y responsable.

Para terminar este apartado, hacer notar que los museos cada vez más ejercen directamente una acción de instrucción científica, ya sea porque el docente  no tiene tiempo para profundizar en los contenidos científicos  o porque se considera que no tiene formación suficiente.
  
Las relaciones museos - centros de enseñanza

Las relaciones entre ambas instituciones van  convergiendo cada vez más.  La organización de encuentros, las visitas preparatorias organizadas por los museos, las propuestas didácticas enviadas a los centros han facilitado la comunicación entre museo y escuela. Algunos Departamentos de Didáctica de las Ciencias Sociales han actuado como mediadores para acercar los puntos de vista y las necesidades  mutuas, como también algunos museos han organizado seminarios permanentes de educación.[4]

La interacción entre museos y escuela ha de ser, sin embargo, más profunda.  En estos momentos  existe un cierto desencanto  en el cuerpo docente motivado por múltiples factores y en los museos una falta de recursos para avanzar en mejorar las propuestas o analizar y proponer de nuevas.  Es necesario prever también que la entrada de nuevos docentes en la enseñanza reglada  formados en unos planes de estudio donde no se ha profundizado en las bases disciplinares mínimas  de las distintas áreas que ha de tener un docente, sobretodo en enseñanza primaria, crea unos déficits conceptuales importantes. Los actuales planes de estudio de las Facultades de Educación adolecen de una formación  en las disciplinas referentes de cada área de conocimiento. Creo que es necesario una reflexión sobre la necesidad de exigir en los distintos  cursos  de formación de maestros, principalmente  en primaria, una profundización  en los conceptos  principales  de las distintas disciplinas  referentes que inciden en el área de sociales, principalmente en geografía historia, además de incidir en las estrategias de enseñanza-aprendizaje.  No  es lo mismo aprender para enseñar que aprender para pasar un examen, como ocurre  en el bachillerato.

Bajo esta óptica el papel de los museos como espacios de  instrucción, de transmisión de conocimientos, es muy importante ya que pueden suplir  las lagunas  de   la escuela.   Es por ello que es muy necesario que la relación escuela-museo   focalice  la relación con los docentes para facilitarles la información, actualización  y  formación  de contenidos mas que  con los alumnos. Incluso en el ámbito de usuario  es más importante la relación con el profesor porque es el "cliente" potencial y directo, el que aportará  el público escolar. Seria interesante que las administraciones educativas locales, autonómicas o estatales se implicaran más en equilibrar la vertiente científica y disciplinar y la vertiente pedagógica  de los profesionales docentes, como indica el Informe Delors[5]. Un marco idóneo seria la formación continuada  a través de programas conjuntos  entre la administración educativa y la cultural, programas que no fueran esporádicos ni puntuales, sino  pensados como proyectos a corto, medio y largo plazo.
  
¿Es necesaria una didáctica del patrimonio?

Los museos, como contenedores patrimoniales, precisan  de un personal  especialista en tratar  los temas patrimoniales. Todos los bienes patrimoniales  son objeto de estudio  que movilizan saberes, proporcionan  información y general  conocimiento más allá de sí mismos. A la vez, son valiosos instrumentos  procedimentales  que permiten que el proceso de enseñanza - aprendizaje sea estimulado  por la emoción de construir  el conocimiento mediante  el desarrollo de competencias cognitivas  a partir de la participación activa. El conocimiento del patrimonio  comporta, además una valorización  de las sociedades del pasado  por parte de  la sociedad actual. Conocer, valorar y respetar el patrimonio implica también una educación en valores. El conocimiento del patrimonio cultural   no constituye un fin en sí mismo, mas bien es un medio  que se puede utilizar   para incidir en las formas  y en las características de las relaciones sociales. Y es aquí donde  es necesario una didáctica del patrimonio para hacerlo comprensible, darle sentido y aprovechar su potencial educativo.

En buena parte, la didáctica del patrimonio se está conformado como didáctica específica a partir de la larga experiencia didáctica en la acción educativa en el campo de las ciencias sociales (geografía, historia, historia del arte, historia de la tecnología, etc.). Las aportaciones de la didáctica a esta área del conocimiento y su experiencia durante más de cien años fundamentan actualmente las estrategias de promoción y de difusión del patrimonio más avanzadas: la enseñanza activa, el valor del aprendizaje significativo, la importancia de la observación y de la experimentación, la necesidad de contacto con la realidad, etc.

Equipos de  trabajo y de investigación compuestos por didactas, profesores y personal de museos  son necesarios para  formar  especialistas en esta temática que vayan más allá de la educación formal, que puedan actuar en campos de actuación emergente, como puede ser  el turismo cultural.

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Fuente: http://www.ub.edu/histodidactica/index.php?option=com_content&view=article&id=15:los-museos-espacios-de-cultura-espacios-de-aprendizaje&catid=10&Itemid=103



NOTAS
[1] Para profundizar en este tema  ver  HERNANDEZ, F.X.:"Sociedad, patrimonio y enseñanza" en  La Geografia y la Historia, elementos  del Medio. Aulas de Verano. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.2002.pp.245-277
[2] Para profundizar más en el nuevo papel  de los museos  en la sociadad actual, ver HOOPER-GREENHILL,E.: Los museos y sus visitantes. Gijón, Trea, 1998
[3] Siguiendo este principio,el Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya  inició hace diez años una serie de publicaciones  dirigidas al público en general y a los centros de secundaria y bachillerato  en particular , con la  finalidad de dar a conocer  el patrimonio industrial, en este caso el catalán,  desde tres ejes estructurantes: ciencia, técnica y sociedad. Los Quaderns de Didàctica y Difusió ( se estan traduciendo al castellano y al inglés) se han elaborado partiendo de esta filosofia. Para ello se ha trabajado en equipo . La coordinación , el dibujante   y la maquetación de los cuadernos  estçá cargo siempre de las mismas  personas. La participación de cada museo consiste en aportar todo tipo de uentes documentales  que permiten elaborar el discurso científico y hacer la mediación divulgativa i didáctica.. Finalmente todo el equiupo acuerda los contenidos  siguiendo el esquema general  que da coherencia a la colección.  El elemento vertebrador son los edificios patrimoniales industriales contenedores de los museos y , a la vez, el primer objecto del museo, a través de ellos se intenta abordar  la relación entre ciencia , técnica y sociedad en un marco espacial (Catalunya)   y temporal (siglos XVIII al XX). Actualmente hay 16 cuadernos  que ayudan  al conocimiento  del proceso de industrialización.
Para mas información:www.mnactec.com
[4] Como ejemplo del primer caso  el Departament de Didàctica de las Ciències Socials de la Universitat de Barcelona , conjuntamente con el ICE organizó el curso 1997-1998 el seminario sobre El patrimoni  museístic i l'ensenyament de les Ciències Socials. Al año siguiente y contando con la colaboración del Institut Municipal d'Educació  de Barcelona organizó  el seminario Recursos i estratègies  per a la producció de materials didàctics  en els museus.
Como ejemplo del segundo caso  el Museu Marítim de Barcelona  tiene un Seminario Permanente  sobre Museos  y Educación que ya ha organizado cinco jornadas.
[5] Para  profundizar en el tema ver. AA.VV.: La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión  Internacional sobre la educación  para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors. Madrid. Santillana/ediciones UNESCO, 1996. Pp.171-172
[6] La reivindicación  de una didáctica del patrimonio empieza a tomar desde  fuerza en distintos sectores.  El profesor Ivo Mattozi de la Universidad de Bolonia ha reflexionado sobre el tema en MATTOZI,I: " la didattica dei beni culturali: alla ricerca  di una definizioine" a  Il museo como laboratorio per la scuola . Terza Giornata  Regionale  di Studio  sulla Didattica Museale. Padova. Academia Galileiana . 12 novembre  1999. Los departamentos de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Huelva y de la Un iversidad de Barcelona   desarrollan una línea de investigación   sobre esta temática.
[7] MORIN, E: La mente bien ordenada. Repensar la reforma. Reformar el pensamiento. Barcelona , Seix i Barral, 2001, pp.124

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