Después del Vaticano, cuenta con la mejor colección diplomática medieval europea. La institución cultural, que cumple 150 años, guarda más de 40 km de documentos.
PILAR SALAS
29/03/2016
29/03/2016
Cartas de reyes a papas, condenas de la Inquisición, los decreta de León de 1188 --germen del parlamentarismo europeo actual-- e informes de la Comisaría General Político-Social sobre un Pablo Ruiz Piccaso exiliado en París son algunos de los miles de documentos que custodia el Archivo Histórico Nacional.
Fundado por el Real Decreto de 28 de marzo de 1866 como “archivo histórico del Reino de España”, cumple hoy 150 años como “una de las principales instituciones culturales del país, que custodia una parte muy relevante de la memoria, de la identidad y de la historia compartida de los españoles”, ha destacado el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle. Con motivo de este aniversario, a lo largo del año se sucederán conferencias, visitas guiadas y talleres infantiles, entre otras actividades.
Amplias salas en las que se controlan con suma precisión los niveles de humedad y temperatura acogen estanterías en las que están perfectamente ordenados miles de documentos, desde el más antiguo que se conserva en los archivos estatales, un pergamino de venta de un viñedo en Asturias en el 857, o los más contemporáneos, como expedientes policiales y los que ceden investigadores. “Tenemos unos 44 kilómetros de documentación en todos los soportes y de todas las cronologías posibles”, explica la directora del Archivo Histórico Nacional, Carmen Sierra.
REGISTRO DE LA UNESCO // Entre ellos, el subdirector, José Luis Latorre, destaca como “los más significativos” el Beato de Tábara, un códice de características mozárabes que está fechado en el siglo IX, y los decreta de León, origen del parlamentarismo europeo, ambos elegidos para incorporarse al registro de la Memoria del Mundo de la Unesco.
También el Cartulario de Valpuesta (siglo XII), escrito en latín pero en el que aparecen las primeras palabras en castellano o los planos del submarino de propulsión eléctrica de Isaac Peral. O también los archivos personales de tres premios nobel de Literatura: José Echegaray, Juan Ramón Jiménez y Jacinto Benavente, de quien además de sus manuscritos se conserva la medalla de oro que recibió junto con el galardón en 1922 y que adquirió el Estado.
Además, el Archivo Histórico Nacional cuenta con la mejor colección diplomática medieval europea, solo superada por los archivos del Vaticano: “Tenemos cerca de 200.000 pergaminos medievales, gracias a las desamortizaciones eclesiásticas del siglo XIX”, subraya Sierra.
En sus 8.460 metros cuadrados de depósito también se conservan documentos en árabe y en hebreo, escritos de la Inquisición, mapas, sellos de cera medievales, bulas papales, correspondencia entre reyes y papas, las actas de las pruebas de sangre para ser admitidos como caballero de la orden de Santiago o miles de actas de Consejos de Gobierno.
Otra parte, menos voluminosa, es la audiovisual, con fotografías, microfilmes, algunas películas y grabaciones de “entrevistas importantes, como la que le hicieron en los 70 en París, totalmente clandestina, a los militares de la Unión Demócrata Militar”, dice la directora. Los documentos se incorporan por donaciones o compras, aunque la mayoría llega a través del Archivo General de la Administración, una vez que con el tiempo han adquirido la categoría de históricos.
Además de por su gran riqueza documental, este Archivo esta “bastante bien posicionado a nivel mundial” por la digitalización masiva que se ha emprendido.
Fuente: http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/sociedad/archivo-historico-custodia-memoria-compartida-espana_984220.html?platform=hootsuite
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