Para
adecuarnos a este marco referencial la Archivología recurre a otras ciencias
sociales, entrando en su campo, la Historia por ejemplo; especialmente en lo
que se refiere al tipo de quehacer, el quehacer es considerado como hecho, que
los conceptualistas tradicionales consideran solo hechos consuetudinarios, de
rutina diaria, autónomos, individualizados; hechos que tienen como base a un
grupo social cuyo accionar constituye el meollo de la explicación. Este punto
de vista es objetable:
Primero
porque el accionar de todo Archivo, objeto esencial de la Archivología, está
condicionado, limitado, impulsado por las condiciones básicas del organismo al
que pertenece, sean estos públicos o privados, sea una nación (Archivos nacionales)
o una determinada agrupación social (Archivos privados); asimismo estas
condiciones básicas están reguladas por la estructura económica, los factores
culturales, de población, etc,. Los factores por los cuales determinados
Archivos logran mayor desarrollo que otros, hacen que los Archivos se
conviertan en un fiel reflejo de la sociedad que los crea. No se puede inventar
un Archivo independiente, sin sociedad que lo produzca sin elementos orgánicos
que los supediten.
La herencia
cultural -en el caso de América- ha dejado huellas profundas en los sistemas
de creación de documentos y su administración. Uno de los principales problemas
que se presenta con esta situación es la aplicación de normas elaboradas en
distintas experiencias administrativas con la intención de universalizar
algunos de los aspectos archivísticos como la normalización general propuesta
por un grupo del CIA, Comité Internacional de Archivos.
En segundo
lugar, consideramos la relatividad del tiempo dentro del concepto social; es
decir, los Archivos de una sociedad se presentan con el mismo ritmo de
desarrollo que se operan en estas sociedades según sea el cambio de sus
estructuras. No es lo mismo un Archivo del año pasado que uno actual, porque
las variaciones sociales, económicas y tecnológicas han modificado sus
conocimientos y aplicaciones.
Por todo lo
expuesto, acordamos entonces, que la Archivología es una Ciencia Social, una
ciencia que trata de los Archivos. Al acercarnos cada vez más a una definición,
observamos que la Archivología enfrenta el contenido del Archivo: denominemos
continente a los locales, edificios, equipos y sus contenidos; los elementos
"se relacionan con los distintos problemas de organización y método, con los
aspectos administrativos y técnicos de la archivística".[5]
Los
Archivos son por naturaleza propia auténticos. No existen los Archivos falsos, aun
cuando existieran documentos falsos. Nos detendremos más sobre estos puntos
cuando efectuemos un estudio del Archivo.
Concluimos:
La Archivología es una Ciencia Social que trata o estudia los Archivos como
continente y como contenidos, cuya finalidad reside en facilitar una metodología
adecuada para auxiliar a las ciencias y a la sociedad.[6]
[5]Kecskemeti, Charles. Doctrina Archivística. Centro
Interamericano de desarrollo de Archivos. Traducido por José Manuel García.
Córdoba. 1980. p. 6.
[6]Trabajo extractado de Teoría Archivistica del mismo autor.
http://www.mundoarchivistico.com/
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