Las instituciones patrimoniales – bibliotecas, archivos y museos – ha
asumido tradicionalmente la responsabilidad de preservar los recursos
intelectuales y culturales producidos por toda la sociedad. Esta
importante misión está ahora en peligro en todo el mundo debido a la
gran cantidad de información que se crea y se comparte todos los días en
forma digital. La tecnología digital está generado un crecimiento
exponencial en la producción de información. El universo digital duplica
su tamaño cada dos años y crecerá diez veces entre 2013 y 2020 La
preservación de esta vasta producción es complicada, no sólo por su
extensión, sino porque gran parte de ella es efímera. La información
digital no tiene la misma longevidad que los objetos físicos, documentos
y libros, que han sobrevivido durante siglos. Los formatos digitales de
archivos, medios de almacenamiento, y los sistemas están en constante
evolución, poniendo en peligro la legibilidad y la integridad del
patrimonio digital del futuro en períodos de tiempo mucho más cortos que
lo hace el deterioro del papel y los objetos físicos, y su
disponibilidad para la captura es fugaz. La supervivencia del patrimonio
digital es mucho menos seguro que sus contrapartes tradicionales en
nuestras colecciones. La identificación del patrimonio digital más
significativo y la intervención temprana son esenciales para asegurar su
conservación a largo plazo.
Fuente: https://universoabierto.org/2016/06/20/directrices-para-la-seleccion-del-patrimonio-digital-para-su-conservacion-a-largo-plazo/
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