sábado, 16 de mayo de 2015

ALTAMIRA, las cuevas rupestres

Lo que le faltaba a Altamira: fracking.
Las colonias de microorganismos empezaron siendo el principal peligro para la conservación de las cuevas de Altamira. Después, llegaron las visitas experimentales (cinco personas a la semana), a las que se opusieron frontalmente el equipo del CSIC y el departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense. Y ahora, por si fuera poco, el fracking.
La Asamblea contra la Fractura Hidráulica de Cantabria ha remitido hoy al centro de Patrimonio Mundial de la Unesco en París un documento en el que se alerta de los daños "irreparables" que puede causar los sondeos de fracking en las diez cuevas cántabras declaradas Patrimonio de la Humanidad.
El colectivo recuerda el "inminente comienzo" en Cantabria de sondeos para determinar la ubicación de los pozos de extracción de gas mediante la fractura hidráulica y las "posibles repercusiones" que esto puede tener en el conjunto del patrimonio arqueológico cántabro. En consecuencia, instan a la Unesco a "poner en marcha todos los mecanismos que tenga a su alcance para defender este patrimonio".
Los miembros de la asamblea Josue Bilbao y Adrián Lavín han presentado el documento Arte paleolítico rupestre y fracking en Cantabria. Incluye evidencias sobre posibles daños en el Patrimonio de la Humanidad, un texto que se basa en la información del Ministerio de Energía de los permisos en la región y diversos estudios sobre el fracking. En concreto, hay seis permisos activos en Cantabria, tres de ellos en fase de solicitud (Los Basucos en Santillana del Mar, Gran Enara entre Burgos, Cantabria, Álava y Vizcaya y el Galileo en la zona oriental de Cantabria y por la cuenca del Asón hasta Burgos); y tres de ellos concedidos (el Luena en los Valles Pasiegos, el Bezana-Bigüenzo en la zona de Valderredible, y el Angosto I, que toca parte de Soba).
Su trabajo ha consistido en cruzar la localización de estos permisos con la de las diez cuevas Patrimonio de la Humanidad, es decir Altamira en Santillana del Mar; El Chufín en Rionansa; Hornos de la Peña en San Felices de Buelna; El Pendo en Escobedo de Camargo; La Garma en Ribamontán al Mar; Las Covalanas en Ramales de la Victoria; y el conjunto de cuevas de Monte Castillo en Puente Viesgos, formado por las cavidades de Las Monedas, El Castillo, Las Chimeneas y La Pasiega.
"Si cruzamos en un mapa estos datos, se observa que el permiso solicitado de Los Basucos afecta a Altamira y El Pendo; que la cueva de Covalanas se encuentra dentro del área del permiso Galileo; y que el conjunto de cavidades de Monte Castillo y la cueva de Hornos de la Peña están en los límites del permiso ya concedido Luena", ha indicado Lavín.



Sismicidad, contaminación y tráfico
En concreto, el documento evidencia que estas cuevas deberán enfrentarse a tres factores de riesgo: la contaminación química del agua, la sismicidad inducida por la inyección de fluidos y el tráfico de vehículos pesados.
La contaminación química hará "más vulnerables" a las cuevas y tendrá efectos "impredecibles" sobre sus pinturas. "Los contaminantes pasarían a formar parte del régimen hídrico de la cueva atacando la roca soporte de las pinturas y dañándolas de forma irreparable", ha añadido.
En cuanto a la sismicidad inducida, ha apuntado que el fracking puede causar "habituales eventos microsísmicos" y otros "mayores menos frecuentes" pero que también pueden ocurrir como, ejemplificó, los episodios registrados en el Golfo de Valencia por el proyecto Castor.
"Un terremoto puede causar diversos daños en la pintura rupestre como desprendimientos de la roca soporte de la pintura, aparecer grietas o fisuras o incluso grandes grietas que comuniquen la cueva con el exterior variando las condiciones del clima de la cueva y produciendo alteraciones en las pinturas", ha señalado, al tiempo que ha advertido que, "en el peor de los casos, la cueva podría colapsar y hundirse".
En este punto, también ha afirmado que, aunque Cantabria no es una región sismicamente activa, sí es "sensible" porque existen fallas latentes o con capacidad para reactivarse. "Una de ellas, la principal, se extiende desde oeste a este desde Asturias, por la sierra del Escudo hasta Arredondo; y de ella se bifurcan algunos ramales, uno de ellos en dirección sur hasta Selaya", ha detallado Lavín.
Respecto al tráfico de vehículos pesados, la Asamblea advierte de que, para crear una plataforma de unos seis pozos de fracking, necesitan "entre 4.000 y 6.000 viajes de camión" causando unas "vibraciones permanentes", similares a las de un terremoto, que afectarán de "manera sostenida" a las cuevas.


Leer más:  Fracking: Lo que le faltaba a Altamira: fracking. Noticias de Cultura  http://www.elconfidencial.com/cultura/2015-05-14/lo-que-le-faltaba-a-altamira-fracking_794748/?utm_source=dlvr.it&utm_medium=facebook#lpu6KVqHljDvvGOp

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