SERVIDORES PÚBLICOS DESTACABLES. MARGARITA ISABEL MARTÍNEZ ORDINOLA
Hemos creado
una biblioteca humana
La biblioteca
pública es un espacio de encuentro seguro, sostiene.
Susana Mendoza Sheen
Periodista: smendoza@editoraperu.com.pe
Perfil. Su afán por acercar los
libros a las personas tiene más de treinta años. Desde la Gran Biblioteca
Pública de Lima cristaliza proyectos inspirada por esa vocación. Este año, en
plena pandemia, participó en la creación de un servicio original de lectura:
Aló, BNP, gracias al cual se leen libros a personas adultas mayores mediante
una llamada telefónica.
Quiso ser periodista, pero tal
vez su misión en este mundo era ser mediadora entre los libros y las personas.
Aquella mañana en la que su hermano mayor la llevó a la Universidad Agraria
para que visitara la biblioteca y conociera de forma directa lo que era ser una
bibliotecóloga, Margarita Isabel Martínez Ordinola se dio cuenta de que su
destino era compartir con la gente las publicaciones que se guardaban en ese
cofre del saber y orientarla en su elección de lectura. No se equivocó.
En estos momentos de su vida
trabaja en la Gran Biblioteca Pública de Lima (antes Biblioteca Nacional) y
labora activamente con un equipo de profesionales que saca adelante el servicio
Aló, BNP. Una prestación que favorece a personas adultas mayores, amantes de la
lectura que a causa de la pandemia no pueden acudir a la sala de lectura de una
biblioteca pública.
“Leemos por teléfono a usuarios
que ante el covid-19 se sienten vulnerables y tienen mucho miedo de contraer la
enfermedad. Eligen sus lecturas, o nosotros lo hacemos por ellos. Cuentos
clásicos o textos de autoayuda son los que prefieren porque es su manera de
desconectarse de la realidad”, cuenta.
De las diversas actividades que
desarrolló en las últimas tres décadas, muchas relacionadas con la atención
directa, en sala grande con estantería abierta, ninguna le ha causado tanta
satisfacción como Aló, BNP. Margarita tiene a su cargo 10 usuarios con los que
se comunica una vez a la semana, o dos, en algunos casos, durante una hora. En
los primeros 30 minutos les lee el libro, y en los 30 restantes comentan la
lectura. Pero la mayoría de veces se extiende el tiempo porque las personas
comparten su vida, sus días, sus penitas, con ella, dice.
“Los martes y jueves, por
ejemplo, me comunico con un señor que tiene 80 años; es cultísimo, le gustan la
ciencia y la historia, es un gran conversador. Me pide que lea tal libro, y
luego opina. Con él, por ejemplo, siento que me he encariñado, me preocupa su
salud, y lo oriento. Gracias a él, me he enterado de que tengo una voz dulce
[ríe] que lo motiva a escuchar con atención lo que le leo”.
Un lugar seguro
El servicio Aló, BNP es la
evidencia más palpable del interés que siempre ha tenido la institución para
acercar las fuentes del saber a quienes, por alguna razón económica, material o
de salud no pueden alcanzarlas, sostiene esta bibliotecóloga formada en San
Marcos.
Antes, ofreció servicio al
ciudadano común cuando en la Biblioteca Nacional no había catálogo, cuando
escolares o universitarios llegaban a las salas de lecturas para estudiar
porque en sus casas no había espacio para hacerlo ni luz ni armonía familiar.
Para ellos crearon salas de estudio que usan, inclusive hoy, los que se
preparan para ingresar a una universidad, de 8:00 a. m. a 8:00 p. m.
“Existen personas interesadas en
la lectura que llegan caminando. Hasta niñas y niños, hijos de los comerciantes
de la zona, buscan libros para entretenerse. La Gran Biblioteca Pública de Lima
se ha convertido en un espacio de encuentro seguro; con Aló, BNP hemos creado
una biblioteca humana porque hemos logrado compartir, bibliotecólogos y
usuarios, no solo lecturas, sino también momentos de esperanza. El Aló, BNP es
un servicio innovador, motivador y recreativo en el que deposito lo mejor de mi
capacidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario