lunes, 27 de noviembre de 2017

Biblioteca y Archivo del Museo: una tríada que no se debería separar


Según

La conjunción de la biblioteca y archivo en un museo, pueden llegar a constituirse idealmente en servicios de información de referencia en el área disciplinar a la que correspondan.

Tradicionalmente, las funciones que las bibliotecas de museos han llevado a cabo son las siguientes:
  • Albergar documentos vinculados a las colecciones del Museo.
  • Acrecentar y conservar las colecciones documentales de la Biblioteca.
  • Garantizar principalmente al personal del museo, el acceso a la información, contribuyendo a su formación y actualización.
Quiénes nos desempeñamos en este particular tipo de bibliotecas, deberíamos animarnos a ser verdaderos “emprendedores de la biblioteca”; imagen que Julián Marquina en una reciente presentación nos trae del profesional de la información: “…esa persona que emprende en la organización y lucha porque salgan adelante proyectos y servicios por el bien comunitario y de la biblioteca…”, aludiendo a los retos a los que las bibliotecas deberán enfrentarse en un futuro, incluyéndose los tecnológicos.

Por lo tanto, deberíamos además:
  • Generar la apertura a nuevos públicos: investigadores, público infantil, estudiantes, público en general, personas vinculadas al quehacer cultural y educativo -museos, institutos educativos, centros culturales- por nombrar a los más representativos.
  • Contribuir a la investigación de las colecciones del Museo y a la generación de conocimiento nuevo en el área.
  • Favorecer a la formación y actualización continua del personal.
  • Fomentar el desarrollo de una colección museística, que contemple las áreas de Museología, Museografía, programas educativos, Administración, gestión museística, y cultural.
  • Contribuir conjuntamente con el Museo a garantizar el acceso y difusión de su patrimonio.
  • Gestionar la información de las colecciones documentales que ingresan a la biblioteca, así como toda la información que hace a la vida y funcionamiento del Museo.
  • Participar en la elaboración de proyectos educativos conjuntamente con el cuerpo docente del Museo.
  • Promover la conformación de una colección infantil en el área.
  • Desarrollar conjuntamente con el Museo actividades y servicios acordes con su misión (charlas, conferencias, encuentros, talleres, entre otros).
  • Difundir y promover el acceso a las colecciones del Museo y de la Biblioteca.

Ante estos nuevos retos y funciones que se le presentan, será fundamental que la Biblioteca y Archivo del Museo establezcan estrategias de acción, haciendo énfasis en los que considero constituyen sus dos principales fortalezas y potenciales: el rol educativo y la gestión de información interna del museo.


El aprendizaje en los museos se adquiere a través de vías informales, de modo permanente y a lo largo de toda la vida. La biblioteca históricamente ha ejercido una función educativa, y el ámbito del museo se configura por las características recientemente enumeradas, como el escenario ideal para formar en competencias informacionales (ALFIN); favoreciendo a la apropiación por parte de las personas de la información necesaria en todos los ámbitos de su vida (personal, social, laboral y educativa).
 
La gestión de información constituye una tarea vital, si la Biblioteca pretende posicionarse como un servicio de información y documentación de referencia. Será la responsable de gestionar lo que a colecciones documentales refiere, así como a la información interna y generada en el marco de exposiciones, reuniones, actividades llevadas a cabo por el Museo, entre otras.

Este rol puede ejemplificarse con el caso de un visitante sin conocimientos previos en la temática de las colecciones del Museo; es muy posible que la exposición despierte inquietudes e intereses, causando más interrogantes que respuestas, que serán atendidas por la biblioteca y/o archivo, contribuyendo a lograr un mejor conocimiento de las colecciones.
 
El hecho de que una institución museística cuente con una Biblioteca y un Archivo, que funcionan -aunque no sea juntos físicamente- pero sí coordinadamente; permitirá a través de correspondencias, expedientes, actas, conocer la historia del museo desde su creación, obtener información acerca de cómo se han ido formando las colecciones del museo, la evolución en el montaje de las exposiciones y las políticas museográficas adoptadas, entre otros.


Fuente: http://www.infotecarios.com/prueba/

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