Por María Jesús Alvarado. En Abiyán el aire es
caliente y húmedo; el tráfico, desordenado, y la gente, amable. Una
ciudad intensa y extensa, cuya mayor riqueza son, como siempre, las
personas, y a la que llego con mi documental La Ñ viste de negro
bajo el brazo, invitada a participar en el SILA –Salón Internacional
del Libro de Abiyán–, una Feria del Libro en la que las historias
escritas se mezclan con el color, la sonrisa y la música constantes en
África.
La lengua habitual de comunicación y de edición en este país es el
francés, pero este año la fiesta de los libros tiene a España como país
invitado y el Palais de la Culture de Treichville recibe al
visitante con el abrazo primoroso de la Embajada de España, escenificado
por un fantástico grupo de chicos y chicas marfileños vestidos de rojo y
amarillo que en buen español se dirigen al público interesado para
mostrar los libros de autores españoles que ocupaban las estanterías y
explicar con todo detalle las actividades en español programadas a lo
largo de la semana.
A la cabeza de este grupo, Constance Alle, de la embajada española,
una mujer alta, guapa, de voz potente y presencia poderosa, perfecta
representante de la mujer marfileña y africana, que se encarga de
coordinarlo todo: que el taxi me recoja a la hora adecuada en el modesto
y alejado Hotel Djigui de la Riviera Attoban, que funcione el proyector
cuando parece imposible, que todo el mundo tenga sitio y esté cómodo en
las charlas, que nos encontremos con quien nos interesa hablar,… Una
mujer todoterreno de lujo que consigue que todo salga bien y su equipo
no pierda la sonrisa a pesar del estrés y las muchas horas de trabajo.
Me alegra coincidir con gente tan entrañable como el amigo Wilfrid
Miampika, profesor de la universidad de Alcalá, excelente gestor y
comunicador e imprescindible de las literaturas hispanoafricanas; María
del Carmen Méndez, gallega inteligente y pizpireta, especialista de la
enseñanza del español como lengua extranjera, que sabe hacer las
delicias de quienes la escuchamos, siendo de gran ayuda para el
profesorado sus consejos y aportaciones; la querida Estefanía Calcines,
responsable de la Mediateca de Casa África, y su compañera Yurena Ojeda,
ocupadas en la importante tarea de difusión de los servicios que esta
institución ofrece a sus usuarios vía internet; la excepcional escritora
(entre otras cosas) Michelle Tanon-Lora y el profesor de Comunicación
Juliene Adhepeau, dos marfileños cultos, amables y emprendedores que
trabajan por su país dando lo mejor de sí mismos y que son unos
perfectos anfitriones.
También debo nombrar a Yolanda López, entusiasta de Costa de Marfil y
de la literatura, en cuyas estanterías lucen libros de autores
africanos editados en español por las pocas editoriales que se arriesgan
a ello, y que en estos días promociona la última obra del autor Yaw
Ngeta, Bola de fuego, editado en español, francés y añí (una de las múltiples lenguas autóctonas) en su propio sello editorial: Assata Ediciones.
Sorprende descubrir el enorme interés por nuestra lengua, la gran
cantidad de alumnos que estudian español, así como el elenco de
profesores de español de la Universidad Félix Houphouët-Boigny,
preparados y motivados a pesar del casi nulo apoyo de las instituciones
españolas para enseñar nuestro idioma con unos mínimos medios de calidad
y comodidad. Así, lo que iba a ser una participación de un solo día
presentando mi documental sobre la literatura africana en español en
Guinea Ecuatorial, se transforma sobre la marcha en varias actividades
diarias en distintos centros hablando de literatura y compartiendo la
poesía con profesores y estudiantes, deseosos de sacar el jugo a todo el
que llegue con algo nuevo que ofrecerles en relación con la literatura
en español. Algo que hago encantada y que me proporciona momentos
inolvidables tanto desde el punto de vista literario como personal.
Paradójicamente, es el sistema educativo francés el que ha favorecido
que el español sea el idioma escogido mayoritariamente como segunda
lengua, y aunque las políticas lingüísticas españolas apenas parecen
verse afectadas por este hecho, ellos buscan la manera de acercarse,
leer, conocer, intercambiar y practicar. Por ello, teniendo en cuenta
que es a través de la lengua como mejor se produce el entendimiento
entre los pueblos, como escritora canaria –o sea, africana de lengua y
cultura española– creo que nuestro archipiélago debe ser para todos los
hispanoparlantes de África el principal punto de encuentro con la lengua
y la literatura en español. Es importante para ellos y para nosotros
que se acerquen y lean a los autores canarios, cuya variada literatura
tanto en narrativa como en poesía puede darles la oportunidad de
descubrir nuevas realidades, con muchos puntos en común y muchas
diferencias a la vez.
Pretendo que desde Canarias, la confluencia de las dos universidades
–Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y Universidad de La Laguna–,
con el apoyo de Casa África y la presencia de los escritores canarios y
organismos que de alguna manera puedan ayudar a reunirlos, favorezca el
acercamiento entre las realidades africanas continentales y de nuestras
islas, con el español como herramienta de trabajo y vehículo de
comunicación y la literatura como marco idóneo para el encuentro.
Y por esas maravillosas casualidades, resulta que el profesor Luis S.
Kouadio Djoko, otro amable anfitrión en Abiyán, es el especialista
marfileño en la obra de nuestro ilustre Benito Pérez Galdós, y viajó
recientemente a Las Palmas de Gran Canaria para participar en el XI Congreso Internacional Galdosiano. Su visita significó el inicio de una nueva etapa de relación literaria entre Costa de Marfil y Canarias.
África siempre nos da más de lo esperado, y esta vez el regalo se
llama Costa de Marfil. Avanzar por carretera entre altas palmeras
cocoteras para llegar a la inmensa playa de Grand-Bassam; jugar con las
olas en las aguas del océano, mucho más templadas que las nuestras;
celebrar el prometedor futuro de África dibujado en la sonrisa de los
niños; bailar a ritmo de reggae o zouglou hasta altas horas de la noche; descubrir la emoción en los ojos que me miran cuando recito un poema entre acordes de kora;
tantos buenos momentos compartidos con gente especial y la esperanza de
que la literatura, nuestra literatura, pueda convertirse en un hermoso
puente que una nuestras islas con este país… Comienza la temporada de
lluvias y ésta cae copiosamente, haciendo ruido, llenando de barro las
calles y atascando el tráfico, sin que a nadie parezca importarle. En
África la gente tiene mucha paciencia y sabe que siempre escampa. Se me
acaban los días, Abiyán me despide con sol y la canción de moda que ya
sé de memoria. Me llevo una máscara preciosa y algunas piezas de tela de
vivos colores para regalar a mis hijas y hacerme un vestido. Volveré
pronto, y me vestiré con él para celebrarlo.
María Jesús Alvarado es escritora, poeta, cineasta y psicóloga.
Además, es fundadora de la editora alternativa Puente Palo y de la
productora de documentales Alma Cabra.
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