- Por Marcos Ros-Martín
No nos hemos dado cuenta, pero poco a poco hemos ido abandonando la web. Fue poco a poco, sin pretenderlo, pero nuestra web se hizo más pequeña. Pasamos de los monitores de 17 pulgadas a los monitores de cinco pulgadas y si en aquel momento nos costaba leer un texto largo, es comprensible que actualmente ante una letra de siete puntos nuestros ojos nos pidan un descanso.
Pero fue Facebook, a pesar de que comience a sentir en sus carnes el relevo generacional y que nos hayamos cansado de publicar lo que hacemos en nuestro muro, fue el primero en percatarse de que el futuro pasaría por el móvil, que todos los contenidos se consumirían mediante este dispositivo y que los portátiles pasarían a mejor vida. Que era vital posicionar la icónica F blanca en nuestras pantallas.
Atrás van quedando las polémicas de si Facebook es realmente una red social como se entendía en sus principios. Una red social entendida como un lugar donde conectarse con las amistades que realmente conocíamos y que se encontraban sujetas más o menos al número de Dunbar. No, desde luego que ya no lo es en muchos de los casos. Pero hay que tener presente que Facebook siempre ha sido temerosa de su propia obsolescencia -consciente diría yo- afanándose en adquirir o tratar de hacerlo las nuevas tecnologías que le salían al paso, que podrían hacerle sombra: Whatsapp, Instagram, Oculus… Porque sí, a pesar de que conecte a más de mil millones de personas en el planeta, Facebook tiene miedo. Miedo a su propia irrelevancia a que sus usuarios la abandonen como hicieron con otras plataformas como el MSN Messenger.
Para ello, se ha dispuesto a comerse Internet. Desplazarse a los nichos donde otras plataformas se sitúan con el único objetivo de servir información mientras la recopila silenciosamente, sin que nos percatemos de ello.
Facebook es actualmente una de las principales empresas publicitarias de Estados Unidos. Junto a Google,Microsoft, Yahoo y AOL, la empresa de Mark Zuckerberg factura anualmente 5 billones de dólares (10% del total). Sin embargo, el dinero publicitario todavía no ha sabido posicionarse en el móvil, mientras que se enfrenta a retos evidentes como los bloqueadores de publicidad en los navegadores móviles. En cualquier caso, Facebookparece querer convertirse en el portal mediante el cual los usuarios se conecten como si se tratase de la fiebre de los portales de la burbuja.com. Pero, debemos reconocer que el atractivo de esta red social es muy relevante como demuestra el hecho de que el usuario medio estadounidense pasa 42 minutos diarios en la web.
A Facebook se le ha considerado como el nuevo editor de noticias, capaz de no generar ningún tipo de contenido pero ser el vehículo mediante el cual los productores de noticias conectan con su público. Esto genera una especial relación amor-odio ya que muchas de estas empresas dependen de la red social para monetizarse. El último movimiento de Facebook es Instant Articles, una plataforma mediante la cual redistribuye contenidos de los principales editores de la web. Los editores pueden utilizar su plataforma incluyendo sus propios anuncios, obteniendo el 100% de esos ingresos, aunque también pueden echar mano de FacebookAudience Network en la que la red social se reservaría el 30% de los ingresos.
Desde luego que va a ser interesante comprobar hacia dónde se encaminan todas estas iniciativas si tenemos presentes que cada vez que la red social ha realizado un cambio en su Newsfeed o en sus políticas han provocado enfados en sus clientes. Incluso ha llegado a expulsar a alguno de ellos con el impacto que puede tener en su cuenta de resultados lo que ha llevado a empezar a cuestionarse si Facebook realmente tiene actualmente demasiado poder en la Red.
Fuente: http://www.documentalistaenredado.net/date/2016/04/
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