domingo, 2 de agosto de 2015

Museos generales, especializados, monográficos o mixtos


Hemos de reconocer que cualquier clasificación de los museos entraña el riesgo de la redundancia, aunque sea parcial. Incluso los museos generales, en el plano de la realidad todos ellos están de algún modo «es­pecializados» desde su nacimiento «por su for­mación, por el gusto de su fundador, por el país en que está situado, por las sucesivas directrices que ha pasado y por el edificio en que encontró refugio», como escribe Luc Benoist.
No obstante, existe una clara diferencia entre los museos generales y los especializados, entre los monográficos y los mixtos. La distinta composi­ción y naturaleza de las colecciones, y su «cuantificación» objetual etc.
Precisamente, muchos de los museos genera­les fueron creados en los siglos XVIII, XIX y comienzos del XX, procedentes del coleccionismo privado. Se hace evidente este dato sobre todo en los más grandes museos generales, poseedores de una riqueza pa­trimonial en cada uno de los diversos campos tan extraordinaria cualitativa y cuantitativamente con­siderada que pueden competir sectorialmente o superar incluso a los propios museos especializa­dos en sus respectivas áreas.
La mayor parte de los museos generales han sido creados para cumplir una misión global tan­to en regiones como en localidades determinadas el conocimiento entre los ha­bitantes de esa región o de esa área concreta. Uno de los fines prioritarios que tienen los museos generales en las áreas regionales o locales es el de servir de intérpretes fidedignos de su historia natural y humana, casi siempre ho­mogénea culturalmente hablando en cada una de esas zonas.
Cuando se aplica el concepto general o espe­cializado al museo de arte, por ejemplo, se con­traponen al menos dos sentidos de la concepción historiográfica y museológica. En el primer caso, parece querer extractarse en ellos la idea de lo absoluto en el arte, como valor universal: el dis­curso perfecto y acabado de la historia del arte en todas sus dimensiones -cronológicas, geográfi­cas, estilísticas, sociológicas...- y en su proyec­ción museográfica en el museo. Un poco pareci­do a lo que en el plano de la intención (del paradigma ideal de la imagen representada) for­muló André Malraux de su «museo imaginario» del arte universal.
Los museos especializados, más de acuerdo con la museología moderna, presentan en cambio la oportunidad de profundizar en una parcela del patrimonio cultural a través de esa cuidada se­lección temática, técnica o procedimental; una selección que se presenta como medio para la más completa información e investigación de esa ac­tividad concreta, cuya riqueza posible puede evi­denciarse en la adquisición de conocimientos es­pecializados en ese terreno acotado.
Los museos especializados han tenido un res­petable auge desde mediados de nuestro siglo, y aún hoy en día, aunque los matices y el enfoque museológico-museográfico hayan variado en las dos últimas décadas. El beneficio irreemplazable que para el público o para la materia propia de la especialización le proporciona esta tipología pue­de a veces ensombrecerse ante la descontextualización.
El máximo error consistiría en considerar esta especialización como un ma­terial completo de que se dota al museo para ce­rrarse (acabarse) en sí mismo. La especialización no debe ser incompatible con un sentido de inte­gración universalista que es de hecho (y así debe ser considerado) la realidad del patrimonio.
Dentro de los especializados, los museos mo­nográficos cumplen con lo que por definición les corresponde: su dedicación especial a determina­dos aspectos del arte, la historia u otras manifes­taciones de la cultura. Por su finalidad intrínseca, tanto los especialistas como los monográficos en particular, la temática que abarcan puede ser muy particular y diversa. Tan variada como diferentes son los campos, las materias, la realidad multi­forme que ha acompañado al hombre en su acti­vidad a lo largo de la historia. El museo mixto, en cambio, es una consecuencia de la combinación de un museo general y de otro especializado. En los mixtos de arte, puede apreciarse esta simbiosis al comprobar distintos espacios dedicados unos a la explicitación de movimientos, tendencias, técnicas, estilos, etc., a través de las obras ex­puestas; otros -incluso a veces en un mismo ám­bito-, al resalte de una materia o aspecto del arte muy preciso.51
Entre los museos especializados destacan aque­llos que se orientan a la atención de una sola sec­ción o un sector del público, como los museos de­dicados a los niños, que no son una parte o sección de un gran museo, dotados de un programa es­pecífico de actividades y de una peculiar forma de instalar y presentar las obras.

fuente: http://www.fatimaentrenas.com/jl/index.php?option=com_content&view=article&id=94&Itemid=145

No hay comentarios: