La escritura maya quedó registrada en códices, pinturas, estelas, edificios y materiales que ofrecieron ricas texturas como la concha, el algodón, los objetos hechos de cerámica y diversas joyas realizadas en piedras de gran belleza, como el jade y la obsidiana.
Fabricaron sus códices usando una corteza vegetal: el amate, y se sabe que también utilizaron la piel de venado especialmente tratada. Formaban largas tiras dobladas como biombo y las recubrían con una fina capa de estuco, sobre la que dibujaban, y esto les permitía hacer correcciones aplicando el color blanco a manera de goma de borrar para continuar pintando sus jeroglíficos.
Los códices tenían un orden: cada página estaba perfectamente dividida en secciones de glifos, numerales y figuras. El colorido de los códices es notable, y destaca el uso del rojo, el negro y el azul maya.
La mayor parte de los códices mayas fue destruida durante la Colonia. Han sobrevivido hasta nuestros días únicamente tres códices que han recibido el nombre de la ciudad en donde se encuentran: Dresde (Alemania), París (o Peresiano) y Madrid (o Trocortesiano).
Fuente: http://oncetv-ipn.net/sacbe/mundo/codices_mayas/
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