martes, 4 de agosto de 2015

Códices Mayas. Los libros sagrados que registraban eventos históricos en corteza de árbol o piel de venado

La escritura maya quedó registrada en códices, pinturas, estelas, edificios y materiales que ofrecieron ricas texturas como la concha, el algodón, los objetos hechos de cerámica y diversas joyas realizadas en piedras de gran belleza, como el jade y la obsidiana.
En los códices, sus libros sagrados, registraron noticias, crónicas y hechos históricos; hicieron gala de la precisión de sus sistemas cronológicos y de su literatura y dieron cuenta de su arte, así como de sus conocimientos en astronomía, medicina y botánica. Como se evidencia, se necesitaba ser poseedor del conocimiento para escribir códices; por ello, los sacerdotes, pertenecientes a la nobleza, eran los encargados de escribirlos. Eran llamados ah ts'ib: escribas, o ah woh: pintores.
También eran ellos los únicos que tenían la facultad de leerlos e interpretarlos, ya que la manera de hacerlo dependía del momento, de la situación y de quién los consultaba -así como de los objetivos que perseguía al hacerlo-. Como se ve, la interpretación jamás era única y lineal, hecho que, por cierto, dificulta el desciframiento de los códices. Aunado a ello, como su escritura tiene varios signos para representar una misma idea, la lectura se vuelve rica en expresiones, pero altamente codificada y compleja.
Fabricaron sus códices usando una corteza vegetal: el amate, y se sabe que también utilizaron la piel de venado especialmente tratada. Formaban largas tiras dobladas como biombo y las recubrían con una fina capa de estuco, sobre la que dibujaban, y esto les permitía hacer correcciones aplicando el color blanco a manera de goma de borrar para continuar pintando sus jeroglíficos.

Los códices tenían un orden: cada página estaba perfectamente dividida en secciones de glifos, numerales y figuras. El colorido de los códices es notable, y destaca el uso del rojo, el negro y el azul maya.
La mayor parte de los códices mayas fue destruida durante la Colonia. Han sobrevivido hasta nuestros días únicamente tres códices que han recibido el nombre de la ciudad en donde se encuentran: Dresde (Alemania), París (o Peresiano) y Madrid (o Trocortesiano).

Fuente: http://oncetv-ipn.net/sacbe/mundo/codices_mayas/

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